La vicepresidenta Victoria Villarruel y Poggi participaron de la multitudinaria procesión del Cristo de la Quebrada
Con una emotiva y convocante misa, los feligreses una vez más veneraron al Santo. El obispo Gabriel Barba encabezó la fiesta patronal en la villa.
El Día del Cristo de la Quebrada nuevamente convocó a miles de católicos. Creyentes no solo de San Luis sino de otras provincias, asistieron y desbordaron las calles de fe.
Con solo levantar la vista, se alcanzaba avizorar el paisaje: peregrinos que llegaban, promesas cumplidas, rezos con pedidos, el conteo de rosarios, las bendiciones y la visita a cada una de las estaciones del Vía Crucis.
Claro, a la espiritualidad católica se le sumó como cada año las actividades paganas. De los vendedores de ropa a las casas de comidas, de los “pirulines” a los “patitos virales”. Todo el combo junto.
A la siesta, la misa central. Fue encabezada por el obispo Gabriel Barba y contó con la participación de la vicepresidenta Victoria Villarruel y el gobernador Claudio Poggi, ambos ya habían coincidido por la mañana en Renca. También estuvo la intendenta de la localidad, Rosa Calderón, funcionarios, jefes comunales, entre otros.
A las 15:13, el Cristo fue sacado del templo por siete hombres de camisa blanca para que el pueblo lo saludara, tal como lo indica la tradición. A la luz del sol, los pañuelos blancos se multiplicaron entre la multitud.
“Este 3 de Mayo, San Luis se viste de fiesta con doble túnica, primero con el Señor de Renca y ahora con el Cristo de la Quebrada, hay un solo sentido, venimos por Cristo, Él nos cuida”, dijo Barba.
Luego, monseñor abrió la homilía: “El señor reinó sobre la cruz”. A lo largo del sermón recordó como Jesús “hizo el acto de amor más extremo” como la de “dar la vida por los amigos”.
“En otro momento de su vida decía: ‘Quiero ser servidor de todos’. Esa fórmula, esa enseñanza nos cabe a cualquiera, sea padre, sea madre, sea autoridad, sea docente, donde estemos, seamos religiosos, sacerdotes. También ahí hay una vuelta a las categorías, el poder es el servicio, el poder es la entrega”, sostuvo ante los fieles.
También mencionó a los promesantes y, sobre todo, qué significaba el Cristo de la Quebrada para ellos: “Una mujer dijo ‘para mí es todo, vengo cada año’. Y le agregó una frase más. ‘Es todo lo que tiene que ver con la vida’. Es la relectura de lo que dijo Jesús. ‘Yo soy el camino, soy la verdad, soy la vida’”.
Y agregó: “Otra persona dijo ‘nuestro país va a salir adelante si tenemos fe, si vivimos con fe’. La fe nos lleva hacia la dignidad, nos lleva a la vida. Que el Santo Cristo de la Quebrada también nos ayude a construir juntos una patria de hermanos”.
A las 16:25 comenzó la procesión. Los gauchos cargaron al Cristo y emprendieron la caminata hasta el ingreso al pueblo. Unos metros atrás iban las autoridades, agrupaciones religiosas y los feligreses.
En el medio hubo una parada en el cementerio y una bendición.
Con solo mirar para atrás las cuadras y cuadras de gente emocionaba. Papelitos arrojados de las casas, los gritos de “Viva el Cristo de la Quebrada”, se repitieron una y otra vez.
De nuevo en la entrada de la iglesia, Calderón nombró como “visitante ilustre” a Villarruel, le entregó una llave simbólica y un poncho tejido por artesanos locales. A Poggi, mientras, una réplica del Cristo, al igual que el vicegobernador, Ricardo Endeiza y el senador nacional, Bartolomé Abdala.
De la celebración también participaron, los intendentes de San Luis y Villa Mercedes, Gastón Hissa y Maximiliano Frontera, legisladores y otros funcionarios.
Al finalizar, la vicepresidenta habló con la prensa sobre la celebración. “Muy feliz de estar con el pueblo sanluiseño y en una de sus fiestas más importantes y más caras a sus sentimientos”, consideró.
Seguidamente contó el pedido al Cristo: “Trabajo para todos. Necesitamos mucha unión nacional. Creo que los mismos deseos que tienen todos los argentinos y los sanluiseños”.
Por su parte, Poggi agradeció “la salud familiar y personal”. “Pedí para que el Cristo nos ilumine, nos marque el camino. Un camino que estamos recorriendo con todas las ganas, con todo el optimismo y la esperanza del mundo de mi parte”, aseveró.
Con la fe de los creyentes renovada, el Cristo fue guardado en la capilla hasta el año que viene cuando el impulso religioso sea retomado con emoción y amor.
El Cristo de la Quebrada
Fotos: Aldo Marchiaro y ANSL.